El término "Internet of Things” (IoT) o “Internet de las cosas" en su traducción al español fue utilizado por primera vez en 1999 por Kevin Ashton, director ejecutivo del centro AutoID del Massachusetts Institute of Technology (MIT). Ashton describía la Internet de las cosas como un sistema en el que los objetos del mundo físico se conectarían a internet mediante sensores y electrónica embebida.
Actualmente la Internet de la cosas se extiende a cualquier producto de nuestra vida diaria y a cualquier sector suponiendo una clara oportunidad de innovación y de generación de nuevos negocios para las empresas. Basándonos en el estudio de 2015 “Sizing Up the Internet of Things” de la consultora Comptia se considera que pasaremos de 22,9 billones de “cosas” conectadas internet en 2016 a más de 50 billones para 2020.
Podríamos por tanto indicar que contaríamos aproximadamente con 6,3 "cosas conectadas" por persona si se distribuyera de forma uniforme en todo el planeta, lo que significa que el número de cosas conectadas por persona en nuestro entorno será mucho mayor. Una lista no exhaustiva de los objetos conectados que tendremos será el ordenador, el teléfono móvil, la tableta, la impresora, el coche, el reloj y la pulsera de monitorización de actividad, pero también los dispositivos de los hogares y edificios como la televisión, los equipos multimedia, los electrodomésticos, la cocina, la caldera y el aire acondicionado, los detectores de incendios, la iluminación, la ventana, la cerradura, la cama, etc. Esto supondrá un mercado de más de 7 trillones de dólares americanos.
Esta tendencia la identificó la industria alemana y la denominó como la cuarta revolución industrial, o la industria 4.0. Se considera que la primera revolución fue con la producción mediante máquinas de vapor, la segunda fue con la producción mediante máquinas eléctricas, la tercera fue mediante la automatización y la robótica y, finalmente, la cuarta revolución será la incorporación de tecnologías de información y comunicación a los productos y sistemas para conectarlos a internet.
Wolfgang Wahlster, director del Centro de Investigación en Inteligencia Artificial (DFKI) e impulsor de la Industria 4.0, considera que nos dirigimos hacia los ambientes inteligentes gracias al internet de las cosas y los servicios basados en datos inteligentes.
En todos los sectores hay oportunidades para la incorporación de las tecnologías del internet de las cosas, pero si analizamos los sectores en los que más están invirtiendo las empresas de capital riesgo, nos encontramos que el principal es el sector de los productos y sistemas para edificios, ciudades e infraestructuras como refleja el gráfico de septiembre de 2015 de la consultora Venture Scanner.
En ella se observa una doble lectura para la industria de la construcción. La primera es que efectivamente existe una oportunidad de negocio en la incorporación de estas tecnologías, pero al mismo tiempo una gran amenaza de que aparezcan nuevos actores en el mercado que, partiendo de la propuesta de valor de la conectividad y los nuevos servicios a partir de los datos, desplacen a los actuales fabricantes de productos para edificios y ciudades.
Nest es una empresa de Google cuyo producto estrella es un termostato inteligente para el control de la climatización. Según Businessinsider.com, con un precio de 250$ por termostato, en 2014 ya vendían 100.000 unidades al mes, es decir, tenían unos ingresos de 25 millones de dólares al mes con un solo producto. La propuesta de valor se basa en un diseño atractivo, una instalación sencilla, una programación del termostato intuitiva, una conexión con una App para la gestión de los datos desde nuestro móvil, la capacidad de aprender de nuestros hábitos y la capacidad de ahorrar energía de forma inteligente. Todos estos atributos son los que no estaban ofreciendo al mercado los fabricantes de calderas y aires acondicionados tradicionales, es decir, los termostatos eran feos, complicados y nada inteligentes.
La amenaza para los fabricantes llega porque actualmente los usuarios valoran más todas estas funcionalidades que la propuesta de valor original de proveer de confort térmico, que se da por supuesta. Y, ¿qué pasaría si Nest comienza a vender con el termostato la caldera o el aire acondicionado? Con unas ventas de 100.000 unidades al mes, parece que se llevaría una porción importante del mercado. Probablemente, para este tipo de producto, esta situación sería difícil que sucediera por las necesidades de instalación especializada que necesita, pero no hay duda de que los fabricantes de productos para edificios y ciudades deben ser ágiles ante esta tendencia en la que se vende un servicio al que va unido un producto y no al revés.
Esta es precisamente nuestra visión en TECNALIA; ofrecer soluciones tecnológicas que permitan a las empresas fabricantes e instaladoras innovar en la estrategia de la empresa, pasando de diseñar productos, instalaciones y espacios estáticos y pasivos, a diseñar productos y equipamientos activos que interactúan con las personas y el entorno, que se conectan a internet y a los teléfono móviles, que ofrecen nuevas funcionalidades, que hacen los espacios interactivos y que dotan de inteligencia a los Edificios y las Ciudad a través de estos productos.
Y ¿qué significa inteligente? Nuestra visión de los productos y equipamientos inteligentes son aquellos que permite que los edificios y las ciudades ofrezcan una o varias de las siguientes características: permitan hacer un uso eficiente de los recursos, aumenten la seguridad de las personas y los activos que alberga, mejoren la calidad de vida de sus habitantes y favorezcan la interactividad y el ocio.
Las soluciones tecnológicas que desarrollamos son dispositivos electrónicos que integrados en las estructuras, las fachadas y las ventanas, los productos de la arquitectura interior, el mobiliario, los equipos y las instalaciones de los edificios y ciudades permiten incorporar estos productos al internet de las cosas. El futuro será la sensorización masiva de los entornos.
Y, ¿cómo deben ser todos estos dispositivos electrónicos para que sea sencilla y económicamente viable su instalación y mantenimiento? Tratando de que nuestras tecnologías se desarrollen bajo las siguientes premisas:
- Soluciones sin cables: sin cables de alimentación eléctrica y con comunicación a través de redes inalámbricas, evitando el coste de tirar cableados.
- Soluciones “plug & play” o “colocar y funcionar”: los dispositivos se auto-configuran, haciendo extremadamente sencilla su instalación y sin necesidad de formación específica.
- Soluciones sin mantenimiento: sin el coste de sustituir pilas o baterías porque la alimentación eléctrica se obtiene por microgeneración de energía del entorno (solar, cinemática, diferencia térmica, ondas electromagnéticas, etc.).
En los próximos años vamos a observar una ebullición de nuevos productos y servicios para el hogar, los edificios y las ciudades, así como la aparición en estos mercados de nuevos “jugadores” que cambiarán los equilibrios actuales.
Las empresas innovadoras serán las que accedan a estas oportunidades de negocio. ¿Innovamos juntos?