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Hacia el 5.0: la inteligencia y la persona

28 de Enero de 2022
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Las generaciones de robots han evolucionado a medida que han ido incorporando tecnologías, adquiriendo nuevas habilidades en nuestros entornos

Han ido buscando como objetivo su autonomía e inteligencia al servicio de la actividad para la que fueron programadas. Como apunte de mercado, y según el último informe 2021 de la Federación Internacional de Robótica, en el top cinco de tendencias por aplicación encontramos: los robots móviles autónomos (AMR) y de entrega; de limpieza y desinfección profesional; de robótica médica; robots sociales; y de hostelería.

La pandemia ha influido en sus crecimientos y popularidad en gran medida. Esta evolución y despliegue de los robots está siendo especialmente rápida en los últimos años también en la industria. Según el World Robotics 2021 reports, hay tres millones de robots industriales que operan en fábricas de todo el mundo, un aumento del 10 % respecto a 2020; y España se sitúa en décimo lugar a nivel mundial.

Los robots deberían evolucionar durante cinco generaciones

Michael Knasel, director del Centro de Aplicaciones Robóticas de Science Application Inc., expuso en 1984 que los robots deberían evolucionar durante cinco generaciones. Y el tiempo le está dando la razón. Las dos primeras, ya alcanzadas en los ochenta, incluían la gestión de tareas repetitivas con autonomía muy limitada. La tercera generación incluiría visión artificial. La cuarta; movilidad avanzada en exteriores e interiores. Y la quinta entraría en el dominio de la inteligencia artificial. Con más detalle:

  • Primera Generación: los robots manipuladores (“pick-and-place”). Robots dedicados a coger y colocar materiales, usados para servir de complemento a máquinas industriales y se encuentran en una base fija. Comenzaron en 1982.
  • Segunda Generación: los robots empiezan a aprender. Se desplazan por una vía y son capaces de memorizar diferentes secuencias de movimiento o tareas concretas y prefijadas. Aparecen en 1984.
  • Tercera Generación: los robots con sentidos (visión y tacto), los AGVs. Disponen de un control más avanzado, con servomecanismos de precisión. Se mueven de forma auto-guiada, muy utilizados en almacén y logística interna. Aparecen en 1989.
  • Cuarta Generación: los robots móviles e inteligentes. Robots con ruedas o piernas artificiales, comienzan a tener forma humanoide o similar, dotados de sensores inteligentes para hacer tareas de mantenimiento, entretenimiento, recepción de clientes, incluso como mascotas. Se inicia en 2000.
  • Quinta Generación: los robots singulares basados en inteligencia artificial. Sus controladores se basan en inteligencia artificial avanzada. Están dotados con un gran nivel de movilidad y lo más importante, buscan la interacción con humanos y son capaces de imitar su pensamiento. Se inician en 2010.

Estando ya en la quinta generación, o lo que podría ser el robot 5.0, me resulta curioso e, incluso, significativo, que estemos centrados en la Industria 4.0, en el trabajador 4.0, cuando parece -cuando menos por analogía- que debieran ir parejas estas versiones. ¿Qué debemos añadir a estos conceptos del 4.0? ¿Qué avances les estamos dando a los robots que no tenga la Smart Factory? ¿Es ese plus de inteligencia artificial el que aporta el salto cualitativo para hablar de Industria 5.0 y del trabajador/persona 5.0? La respuesta, o al menos parte, está en lo que aportan esos robots de quinta generación con su inteligencia: la interacción.

Fusión máquina-humano

Es cierto que trabajamos tecnológicamente en mejorar procesos con inteligencia artificial, computación cuántica, IoT con 5G, etc, pero el concepto Industria 5.0 debe ir más allá de un aporte o salto tecnológico, debe incluir a la persona, siendo precisamente la fusión máquina-humano un concepto nuclear.

La tecnología debe estar al servicio de la persona, y con ello aumentar la productividad y la eficiencia. Si aunamos estos dos planteamientos, nuestro objetivo como tecnólogos estará bien cimentado. Se trata, más que nunca, de que converjan dos puntos (los que componen la 'i' de nuestro logo y que representan gráficamente las dos esferas en las que impacta Tecnalia): los ámbitos económico y social.

La Comisión Europea ha publicado un informe relativo a la “Industria 5.0” donde precisamente reconoce el poder de la industria para lograr objetivos sociales más allá del empleo y el crecimiento, y donde destaca la investigación y la innovación como impulsores de una transición hacia una industria europea centrada en el ser humano, la sostenibilidad y la resiliencia.

Existen ya proyectos donde se está canalizando este cambio, también disruptivo, y afecta al ámbito empresarial, al político y al intelectual. Un cambio que aporte mayor bienestar al conjunto de la sociedad.

Adaptamos los sistemas industriales inteligentes al operario

Un ejemplo es COGILE, un proyecto cuyo objetivo final de su investigación y desarrollos tecnológicos es adaptar los sistemas industriales inteligentes al operario, sus capacidades físicas, sus necesidades sensomotrices y sus habilidades cognitivas para que pueda desarrollar su trabajo utilizando al máximo todo lo que la tecnología le proporciona. Pretende avanzar hacia la nueva Industria 5.0 en el País Vasco reconociendo la posición fundamental que los operarios de las fábricas ocupan en el proceso productivo ¿Cómo? Buscando una interacción entre personas y dispositivos digitales más fluida, eficaz e inteligente.

Este es un cambio que afecta a diferentes ámbitos, donde las tecnologías ocupan un gran papel (Deep / Machine Learning, sistemas de interacción avanzados como Realidad Virtual, Aumentada y Mixta e interacción natural, voz y gestos) y encaminado a lograr una Cooperación eficiente entre trabajador/a (lanGILE) y la fábrica del futuro. La cuestión es crear un entorno simbiótico, interoperable y fluido entre sistemas inteligentes y personas, desde la formación del operario, y con el fin último de conseguir el empoderamiento de la persona y la consiguiente “humanización” de los procesos industriales.

Los propios sistemas industriales inteligentes y la inteligencia artificial pueden contribuir a la creación de sistemas más justos; y a reforzar la formación de los trabajadores para que ocupen los nuevos perfiles necesarios, suavizando así el impacto de la reconversión del trabajo y empoderando a la persona, dentro del nuevo entorno de Industria 5.0.

Está claro que incluir este nuevo aporte acarreará un impacto tanto en los centros de producción, como en los proveedores de tecnología, como en los centros de formación. Sin embargo, lo que no debemos perder de vista es que la verdadera evolución está en la inteligencia que debemos poner nosotros para actuar con criterio y alcanzar el 5.0

¿Sexta generación de robots?

Desconocemos cuando llegará una sexta generación de robots. Llegado el caso… ¿Éstos serían superiores a los humanos, mejorando la especie? ¿Se fabricarán a sí mismos? En fin, esto que podría ser un buen argumento cinematográfico o filosófico, se aleja del planteamiento inicial, pero… ya tenemos el robot humanoide Sophia, ¡que quiere ser madre!... y solo tiene cinco años.

¿Inteligencia…? Ahí lo dejo.

Ana Díaz De Zugazua

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Ana Díaz De Zugazua

Autor:Ana Díaz De Zugazua
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