Blog

      Cómo la IA generativa puede potenciar el talento de las personas

      2 de septiembre de 2025

      La IA generativa puede potenciar el talento de las personas

      Tabla de contenido

      Industria 5.0: ¿qué ocurre cuando las máquinas dejan de ser herramientas y se convierten en compañeros de trabajo?

      Aristóteles afirmaba hace más de dos mil años que los seres humanos somos animales sociales. Aunque el filósofo griego no conoció las redes sociales (ni mucho menos la inteligencia artificial o el big data y los grandes volúmenes de datos), el ser humano no ha cambiado tanto, y su afirmación sigue hoy siendo igual de relevante que antes. La necesidad humana de interactuar, conectar y colaborar sigue siendo el motor de muchas de nuestras decisiones y acciones diarias.

      Y es que es interesante ver la diferencia entre lo rápidamente que nos ponemos de acuerdo para apuntarnos a una nueva red social… y lo que nos cuesta ponernos de acuerdo para otros temas.

      Un ejemplo interesante lo podemos encontrar en que llevamos décadas discutiendo si debemos eliminar o mantener el cambio de hora. En la consulta europea de 2018, el 80 % de los participantes votó a favor de abolirlo, pero aún no hay una decisión final tomada.

      En cambio, Facebook tardó menos de cinco años en conseguir 100 millones de usuarios. ChatGPT logró esa cifra en menos de dos meses. Así, se convirtió en la plataforma más rápida en ser adoptada en la historia.

      Este contraste ilustra una realidad clave: las personas buscamos y abrazamos rápidamente nuevas formas de socialización (sea ésta digital o no). Pero, ¿por qué ChatGPT ha sido aún más veloz? Porque por primera vez no se trata solo de comunicarnos entre nosotros, sino de hacerlo directamente con la tecnología en un lenguaje sencillo, natural y directo. No solo podemos interactuar, sino lograr que esta tecnología trabaje para nosotros.

      La IA generativa: el idioma universal entre humanos y máquinas

      Hasta ahora, muchas tecnologías estaban limitadas por su complejidad técnica. La IA generativa rompe esa barrera gracias a tres factores clave:

      • Accesibilidad: cualquier persona puede usarla simplemente hablándole o escribiéndole.
      • Creatividad: no solo responde preguntas, sino que crea, adapta y mejora las soluciones según las necesidades específicas de cada usuario.
      • Efecto multiplicador: permite usar tecnología compleja sin esfuerzo, para lograr otros objetivos, haciendo más accesible la innovación.

      De esta forma, por primera vez en la historia, nos encontramos ante la posibilidad de convertir el viejo sueño de “la tecnología como potenciador de las personas” en una realidad tangible. No se trata ya de herramientas exclusivas para expertos, ni de sistemas complejos que solo unos pocos pueden manejar, sino de una tecnología diseñada con la accesibilidad como principio fundamental.

      Envejecimiento y escasez de talento: retos a corto plazo de nuestra sociedad

      La competitividad de la industria actual está fuertemente determinada por su capacidad para adaptarse rápidamente a cambios en los mercados, las tecnologías y las preferencias del consumidor. Hoy en día, las empresas que logran destacar son aquellas que poseen flexibilidad para ajustar procesos, productos y servicios según las condiciones del entorno. Esta flexibilidad organizacional depende principalmente del talento humano, es decir, de los trabajadores.

      Ellos, con su experiencia acumulada, conocimientos prácticos y especialmente su capacidad de adaptación, son claves para afrontar nuevos retos, resolver problemas inesperados y aprovechar oportunidades emergentes.

      Y sin embargo, el talento es un bien que escasea cada vez más. En el caso de España, vemos que se enfrenta a dos grandes retos relacionados entre sí: más del 50 % de los trabajadores tienen más de 45 años, y cerca del 80 % de las empresas afirman tener dificultades para encontrar personal cualificado.

      Si las empresas quieren seguir siendo competitivas, mejorar su toma de decisiones y procesos de producción, será necesario cuidar a los trabajadores, optimizar sus condiciones de trabajo, a la vez que se potencia su rendimiento.

      Por ello, parece claro que tecnologías como la automatización avanzada (nueva robótica, sistemas de comunicación más eficientes, sensórica avanzada, realidad virtual…) juegan un papel muy relevante tanto en la mejora de la productividad como en la mejora de las condiciones de trabajo (reducción de tareas pesadas, soporte físico y cognitivo, etc.)… Hasta hace poco, su implantación exitosa estaba limitada por la capacidad de que el trabajador se adapte a ellas.

      Y es aquí donde la IA generativa puede jugar un papel clave: al hacer de puente entre las personas y la tecnología, puede ayudar a cubrir esta brecha y hacer la aplicación de esta automatización avanzada algo sencillo y natural.

      Industria 5.0: hacia equipos híbridos de humanos y máquinas

      La Unión Europea define la Industria 5.0 como la fase en la que personas y máquinas trabajan juntas, poniendo énfasis en la sostenibilidad, la personalización y el bienestar humano. Esto va más allá de la simple automatización de la Industria 4.0: hablamos de colaboración auténtica entre personas y tecnología.

      En este contexto, la interacción natural y fluida (gracias a la IA generativa, interfaces multimodales, etc.) es la pieza clave para formar equipos híbridos efectivos, transformando la relación entre humanos y máquinas en algo más parecido a una colaboración entre colegas.

      Sin embargo, no todo son buenas noticias. Europa tiene una fuerte dependencia tecnológica de grandes plataformas y proveedores norteamericanos, especialmente en infraestructuras clave como centros de datos y servicios en la nube. Por otro lado, la tecnología no deja de tener aspectos potencialmente negativos (como pueden ser la posible pérdida de privacidad, aspectos éticos, etc.).

      Por ello, y consciente de esta serie de vulnerabilidades, Europa está impulsando regulaciones pioneras como el “AI-Act”. El AI-Act (Reglamento Europeo sobre Inteligencia Artificial) es una propuesta regulatoria de la Unión Europea que busca establecer un marco normativo claro para el desarrollo, la comercialización y el uso ético de sistemas basados en inteligencia artificial.

      • El AI-Act tiene como objetivos principales: garantizar la seguridad y los derechos fundamentales, clasificar los sistemas de IA según su nivel de riesgo, establecer requisitos específicos para los sistemas (en función de su nivel de riesgo) y fomentar la innovación responsable.
      • El AI-Act no tiene por qué ser es una limitación a la innovación, sino que al establecer condiciones claras que fomentan una tecnología ética, robusta y transparente, puede fomentar un uso basado en la confianza de la IA y convertirse en una ventaja competitiva al generar confianza global en la tecnología europea.

      La apuesta por la interacción aumentada: la visión de TECNALIA para un futuro humano-tecnológico

      En TECNALIA creemos firmemente que la tecnología solo adquiere verdadero sentido cuando es capaz de acercarse al ser humano, potenciando sus habilidades naturales y facilitando su día a día.

      Este principio nos ha llevado a desarrollar el concepto de "Interacción Aumentada": una nueva aproximación tecnológica diseñada para eliminar las barreras entre personas y sistemas de todo tipo (máquinas, robots, líneas de producción, etc.).

      ¿Qué es exactamente la Interacción Aumentada?

      La Interacción Aumentada no se limita a hacer que las máquinas sean más fáciles de usar. Va mucho más allá, buscando que la interacción con la tecnología sea tan natural e intuitiva como conversar con un compañero de trabajo. Para lograr este objetivo, nos apoyamos en cuatro grandes pilares tecnológicos:

      • Interfaces multimodales: voz, gestos, realidad extendida; tecnologías que permiten una comunicación fluida y adaptada al contexto de cada usuario.
      • IA generativa adaptativa y contextual: capaz no solo de responder preguntas, sino de comprender, adaptar y generar soluciones personalizadas en tiempo real.
      • Comunicación instantánea y ubicua: sistemas que garantizan que la interacción pueda ocurrir en cualquier lugar y momento, potenciando el trabajo remoto y colaborativo.
      • Diseño centrado en factores humanos y ergonomía: porque la tecnología debe adaptarse al ser humano, y no al revés. La comodidad y la facilidad de uso son clave para maximizar el rendimiento y la satisfacción.

      Todo esto, por supuesto, dentro del marco regulatorio europeo (en base principalmente a iniciativas como el AI Act). La regulación no es un obstáculo, sino un aliado estratégico que asegura que las innovaciones sean seguras, transparentes y confiables.

      En esta nueva revolución industrial, el protagonismo lo tendrán los recursos humanos, en colaboración con máquinas inteligentes capaces de entendernos y complementarnos. Esta revolución tecnológica será, en realidad, profundamente humana, ya que transformará nuestra manera de crear y trabajar.

      Algunos de los ejemplos en desarrollo hoy en TECNALIA ya permiten ver esta nueva forma de trabajar.

      Como ya apuntó Isaac Asimov:
      "La máquina es solo una herramienta… La tarea del cerebro humano sigue siendo descubrir nuevos datos y concebir nuevos conceptos".

      En TECNALIA trabajamos hoy para hacer esta visión más cercana y tangible.

      Unai Antero Urruticoechea

      SOBRE EL AUTOR

      Unai Antero Urruticoechea

      Ingeniero con más de 25 años de experiencia en software, inteligencia artificial y robótica. Actualmente trabaja en el área de Estrategia y Negocios de la Unidad de Industria y Movilidad de TECNALIA.
      Autor:Unai Antero Urruticoechea
      Banner transformación digital