El nuevo laboratorio HarshLab ofrece capacidades de ensayo e I+D singulares a la industria offshore
La versión definitiva del HarshLab, el nuevo laboratorio flotante para la evaluación de materiales, componentes y equipos en medio real offshore, ha sido recientemente botada en el Puerto de Bilbao.
Han pasado cinco años desde la concepción del HarshLab, y más de tres de exitosa operación de su "hermano pequeño" en mar abierto, ofreciendo valiosa información a las empresas sobre sobre la corrosión, el envejecimiento y el fouling de sus materiales en ambiente marino. El nuevo laboratorio espera, flotando en el puerto, a que una ventana de buenas condiciones meteoceánicas le permita ser remolcado y fondeado frente a la costa de Armintza en BiMEP.
Desde aquí queremos agradecer a nuestros compañeros, los expertos de Energías Renovables Offshore de TECNALIA, así como al personal IDOM por el buen trabajo realizado para llevar "a buen puerto" esta ambiciosa iniciativa.
Sobre el nuevo HarshLab
El nuevo HarshLab contará con conexión a la red eléctrica y de comunicaciones gracias a un cable umbilical que conectará el laboratorio a partir del próximo verano con la red submarina con la que cuenta BiMEP. Esta conexión le otorga al HarshLab la posibilidad de ensayar equipos en funcionamiento a bordo y facilitar el manejo de cargas a través de diversos sistemas embarcados: grúa hidráulica, pescante exterior y polipastos interiores.
El laboratorio tiene unas dimensiones de 8,5 m de diámetro por 7 m de altura total con un desplazamiento de 120 toneladas. Obtiene una mayor capacidad de ensayo de muestras y equipos en las mismas zonas de exposición que la versión anterior: atmosférica, splash e inmersión. Esta nueva versión permitirá también realizar ensayos en bodega y bajar muestras al fondo marino a 65 metros de profundidad.
Otros equipamientos singulares disponibles consisten en dos huecos libres en el fondo para ensayar conectores, risers y umbilicales; un módem submarino para comunicar elementos sumergidos con la superficie; una estación meteorológica propia; y un pequeño ROV (Remotely Operated Vehicle) submarino a bordo. El sistema de comunicaciones transmite todas las señales que se adquieran a bordo a través de las fibras ópticas del cable umbilical de la estructura.